Es sorprendente lo que aprendemos en este trabajo…
Eliminar arboles vivos no parece una buena decisión teniendo en cuenta la prioridad actual de conservación del arbolado de nuestro entorno, sin embargo, para conseguir una buena salud del mismo, en ocasiones, es necesario prescindir de algunos ejemplares. Llevamos varios meses en los que hemos tenido que sanear y mantener la zona de los pinares de Torrero que corresponden al cementerio de Zaragoza.
La mayoría de los pinos son de la variedad halepensis, plantados en cuadricula. Esta disposición con el paso del tiempo y el consiguiente crecimiento del arbolado ha derivado en malformaciones (árboles torcidos), falta de acceso a la luz en las ramas inferiores que terminan por secarse (poda natural) y un pobre desarrollo en cuanto a porte específico en general.


Nuestro trabajo ha consistido fundamentalmente en apear (talar) los pinos que crecían tan próximos los unos de los otros que obstaculizaban el desarrollo de sus compañeros, y la poda selectiva de ramas secas, con el fin de crear clareos para facilitar el acceso de luz. El criterio a la hora de seleccionar los árboles a apear ha priorizado los pinos más sanos sobre los que presentaban pocas posibilidades de supervivencia, de esta forma conseguimos una menor cantidad de arbolado, pero mucho más sano, propiciando una mayor perdurabilidad de la masa arbórea.


9 toneladas de residuos en septiembre y 17,34 toneladas en octubre.
Otros trabajos que se nos encomendaron fueron: la retirada, poda y cirugía arbórea de fresnos, cipreses, olivos y distintos Prunus sp (almendros y ciruelos).
A los fresnos del aparcamiento se les realizó una poda severa y eliminación total de algunos ejemplares. Ya que tenían distintas enfermedades y plagas. Algún coleóptero (escarabajo) xilófago habían atacado a todos los ejemplares que, además, debido a las altas temperaturas y el deterioro del sistema de riego, se encontraban en muy mal estado fitosanitario. Como bien dice el refrán a “perro flaco, todo son pulgas”; al estar los árboles debilitados eran también pasto de cochinillas y posiblemente algún hongo o bacteria había afectado al sistema bascular de bastantes ejemplares. Este tipo de árbol, al ser de ribera, no es el más aconsejable para un parking en Zaragoza en el cementerio de Torrero.
Sospechamos que el insecto que afecta a los fresnos es el Agrilus Planipennes que ataca principalmente a especies de árboles del género Fraxinus spp.



Los cipreses también han sufrido mucho por la sequía. Sus ramas estaban rotas por el peso o por los fuertes vientos. Algunos de ellos habían sido atacados por unos pequeños escolítidos o simplemente tenían alguna enfermedad. En las zonas de paso hemos tenido que realizar una poda para facilitar el tránsito peatonal.



Los Prunus han tenido la misma suerte que los fresnos (Fraxinus sp.). Aunque estos árboles sí que pueden soportar bien nuestra climatología, la falta de agua les ha hecho susceptibles a las plagas y las enfermedades. Scolytus rugulosuses es el pequeño escarabajo que estaba alimentándose de nuestros ciruelos y almendros (Prunus sp.), dejándolos en tan mal estado que tuvieron que ser apeados.



